“Buenos días don Lucero” exclama el parroquiano al entrar.
“Buenos días” responde amablemente y conocedor de los gustos del parroquiano le sirve la habitual copa de ginebra.
“Lo veo intranquilo, anda con algunas dolencia” interroga Lucero al recién llegado.
“Para que le voy a contar don Lucero,… pero ya que me lo pregunto le diré,… ando preocupado y dolido por los últimos aconteceres”.
“Cuénteme, tal vez pueda ayudarle” dice Lucero.
“Y bueno ya que insiste,… vio cuando se festejaron los 115 años del pueblo, vio que fue poca gente, que cree usted que puede haber pasado, porque la gente no va a un acto de esos” dice apenado el parroquiano.
“Vea, para mi, el problema es que no saben organizar los que están al frente, no saben convocar, además de la poca comunicación y dialogo,… por comentarios que me han dicho, al acto lo organizaron dos o tres personas, es mas… según comentaron aquí días atrás… la oposición no fue ni siquiera informada, ahí esta la punta del ovillo creo yo”
“Le parece don Lucero” exclama asombrado el parroquiano.
“Mire con decirle que a los vocales radicales se enteraron cuando les llego la invitación al acto, y creo que siendo integrantes de la Junta de Gobierno, lo correcto es que tengan algún grado de información y participación, mas que nada porque representan a una parte de la población que los puso donde están con sus votos”.
“Esta seguro don Lucero” dice el parroquiano mientras toma un trago de ginebra “Mire que si es así… le diría que están miando fuera del tarro”.
“Mas que seguro… y para que se desengañe le digo mas… vio que el departamento tiene dos diputados”.
“Si, como no voy a saberlo” dice el parroquiano “un diputado peronista y el otro radical, uno vive en Basavilbaso y el otro en Uruguay”.
“El de Uruguay me dijo que no lo invitaron”.
“Y bueno, tal vez se les paso, se olvidaron, mire que el de Basavilbaso tampoco vino… o piensa algo raro don Lucero”.
“Que quiere que le diga… para mi mas que olvido, es por no ser del palo, es imposible que no se acuerden,… o la otra, tal vez no sepan que existe un diputado de Uruguay”.
“Mire don Lucero… no creo que sean tan brutos, aparte hay integrantes que hoy son peronistas pero que antes eran radicales, así que deben saberlo… no, nooo don Lucero, no pueden ser tan brutos”.
“Y bueno, si usted lo dice” exclama el bolichero, mientras le sirve la copa, al tiempo le pregunta “se acuerda cuando se festejo los 110 años”.
“Como no voy a acordarme,… que festival, como bailamos esa tarde, ahí si que se había juntado gente, me acuerdo que estaban Diputados y Senadores de los dos partidos, hasta la banda del ejercito… lo único que les falto aquella vez fue una churrasqueada… en esa si, estaban todos trabajando juntos… que fiesta don Lucero” dice emocionado el parroquiano.
“Yo lo que recuerdo, es que había personas que antes de los festejos empezaron con el “cuereo”, no se si se acuerda”.
“Como no voy acordarme, si hasta en la radio de los mediodías hablaron al cuete en aquella oportunidad, estaban desconformes,… que esto… que lo otro… que para los 115 años harían algo mejor… en fin, que quiere que le diga… al que nace barrigón es al ñudo que lo cinchen, decía fierro”.
Entre risas, don Lucero exclama, “ya que estamos en los refranes le digo uno que bien vendría para esta ocasión… el pez por la boca muere”.
“Pero no son todas penas, don Lucero” exclama el parroquiano mientras bebe el fondo de la copa de ginebra y pide otra, “se entero que la Junta le dono una bomba de agua a la Cooperativa”.
“Hasta donde me llegaron los chismes, parece que no es donación… quieren prestarla nomás, no quiero pincharle el globo, pero comentarios, son estos…”.
“Mire don Lucero, yo mismo escuche en el acto en la plaza, en el discurso dijeron que habían donado una bomba para el agua potable… no creo que anden mintiendo con una cosa de estas… no le parece”.
“Le voy a contar, usted sabe que en el boliche se sabe todo … parece que la gente del agua potable le pidió a la Junta que le gestione un subsidio, que era en aporte por el consumo de agua de la Junta… porque que la cooperativa de agua no le cobra a la Junta el agua que consume y ocupa para el riego de las calles… entonces como si fuera un pago, la Junta conseguía la bomba y todo en paz… pero vio como son las cosas, parece que ahora no se la quieren dar, sino que seria prestada… y ahí se armo el lío… aparte la plata que le dieron al Presidente de la Junta no alcanza para comprar la bomba”.
“A ver,… acláreme los tantos don Lucero, le dieron la bomba o no,… mire que en el acto en la plaza dijeron que ya le habían donado la bomba” pregunta el parroquiano un tanto nervioso.
“Hasta ahora no paso nada, todo cuento,… lo único seguro es que le dieron un cheque de 8000 pesos al presidente de la junta, nada mas, lo demás es todo guitarreo”.
“Que lo parió” exclama el parroquiano “yo que me había tragado el verso, pero bueno… espero que se arreglen y entreguen la bomba sino van a quedar como charlatanes… que picardía seria que no se arreglen o se gasten la plata igual… no le parece”.
“Y si, seria jodido que esto suceda… pero bueno el tiempo dirá… y hablando de picardía, linda broma se mandaron los de la policía” dice don Lucero.
“No se nada, cuénteme don Lucero… que es lo que ha pasado” interroga el parroquiano.
“Y le diría que casi lo de siempre, trajeron una camioneta para arreglar”.
“Pero como, si el gol andaba bien… no les alcanzaba con ese auto que trajeron una camioneta… aparte para que tener dos vehículos” dice el parroquiano.
“No mi amigo, no es que dejan los dos vehículos… se llevaron el gol que andaba bien y trajeron una camioneta media rota” exclama don Lucero, al tiempo que agrega “con decirle que cuando la fueron a buscar, para que arranque la tuvieron que empujar como tres cuadras, y desde que la trajeron fue derechito al taller… así que debe estar media podrida”.
“Que lo parió,… nos han cagau de vuelta… siempre la misma cantinela, traen algo roto y cuando esta arreglado se lo llevan” dice con cierto aire de fastidio el parroquiano.
“Que se la hacer mi amigo, da lastima porque después los que están en la comisaría tiene que salir a manguear para los repuestos, y la gente poco o mucho pero siempre colabora… pero bueno calentarse es peor… esperemos que algún día cambien las cosas”.
“Esperemos, don Lucero… esperemos…” exclama el parroquiano al tiempo que se despide “hasta la próxima don Lucero”.